Liechtenstein, oficialmente Principado de Liechtenstein /ˈlɪçtnʃta͡ɪn/ es un país en Europa Central, uno de los más pequeños del mundo, sin acceso al mar, puesto que está rodeado al oeste por Suiza y al este por Austria, países también sin salida marítima. Es conocido por ser un paraíso fiscal. Además es el país de habla alemana más pequeño del mundo
HISTORIA:
El moderno territorio conocido como Liechtenstein fue antes una parte de la provincia de Recia
del antiguo Imperio Romano. Durante siglos, este territorio, geográficamente alejado de los intereses estratégicos europeos, contribuyó poco a la historia europea. Antes del gobierno de la dinastía actual, la región era un recinto feudal de una de las primeras líneas de la Casa de los Habsburgo. La Casa de Liechtenstein que gobierna actualmente tiene su origen en la lejana Silesia.
La dinastía de Liechtenstein, de la cual el Principado toma su nombre (más que al revés) estaba entre las familias nobles más poderosas de Alemania al final de la Edad Media. A pesar de ello, y aunque poseyeran grandes terrenos en Alemania, estos costosos territorios estaban dados en un régimen feudal bajo el dominio de señores feudales, principalmente de la Casa de los Habsburgo. Por lo tanto, sin poseer ningún territorio directamente bajo el mandato Imperial, la dinastía Liechtenstein no cumplía el requisito imprescindible para poder formar parte del Reichstag.
En 1699 el príncipe Johann Adam de Liechtenstein compró el dominio de Schellenberg y en 1712 el condado de Vaduz. Al adquirir estos dos condados pretendía, de esta manera, un lugar en el gobierno del Sacro Imperio Romano. El 23 de enero de 1719 el emperador Carlos VI decretó que los condados de Vaduz y Schellenberg se unieran para formar un principado con el nombre de Liechtenstein en honor a su siervo Anton Florian de Liechtenstein. Es en este momento cuando Liechtenstein se convierte en un estado soberano del Sacro Imperio Romano Germánico. Irónicamente, aunque como prueba de la importancia política que tenían estas compras de territorios, los Príncipes de Liechtenstein no pisaron sus dominios en el principado hasta varias décadas más tarde.
En 1806, el Sacro Imperio Romano fue invadido por Francia. Este hecho trajo grandes consecuencias para Liechtenstein. Las maquinarias legales y políticas del Imperio se derrumbaron cuando el Emperador abdicó. El propio Imperio se disolvió. El resultado de la disolución fue que Liechtenstein ya no tenía obligaciones para ningún señor feudal más allá de sus fronteras. Algunas publicaciones modernas atribuyen, incorrectamente, la soberanía de Liechtenstein a estos sucesos. En realidad, su príncipe se convirtió en el único señor soberano del principado.
Hasta el fin de la Primera Guerra Mundial Liechtenstein estaba fuertemente ligado con Austria, pero la devastación económica causada por ese conflicto forzó al país a concluir una unión monetaria y aduanera con Suiza. En 1936, la alemania Nazi anexó a Austria y el principado se vio rodeado de territorios alemanes, no obstante se apoyó en Suiza para mantener su neutralidad aunque durante el desarrollo de la II Guerra Mundial, cuando Hitler asolaba Europa con sus conquistas temió por su propia estabilidad, y para evitar una invasión colaboró con el Eje sobretodo a la hora de ingresar capital de dudosa procedencia en sus bancos. Llegó al poder el primer ministro más joven de la historia del país, Mario Frick, y en 2000 el país se adhririó al Espacio Económico Europeo (EEE), lo cual obligó a redefinir ciertos téminos de la unión aduanera con Suiza, que no pertenece a tal asociación.
La dinastía de Liechtenstein, de la cual el Principado toma su nombre (más que al revés) estaba entre las familias nobles más poderosas de Alemania al final de la Edad Media. A pesar de ello, y aunque poseyeran grandes terrenos en Alemania, estos costosos territorios estaban dados en un régimen feudal bajo el dominio de señores feudales, principalmente de la Casa de los Habsburgo. Por lo tanto, sin poseer ningún territorio directamente bajo el mandato Imperial, la dinastía Liechtenstein no cumplía el requisito imprescindible para poder formar parte del Reichstag.
En 1699 el príncipe Johann Adam de Liechtenstein compró el dominio de Schellenberg y en 1712 el condado de Vaduz. Al adquirir estos dos condados pretendía, de esta manera, un lugar en el gobierno del Sacro Imperio Romano. El 23 de enero de 1719 el emperador Carlos VI decretó que los condados de Vaduz y Schellenberg se unieran para formar un principado con el nombre de Liechtenstein en honor a su siervo Anton Florian de Liechtenstein. Es en este momento cuando Liechtenstein se convierte en un estado soberano del Sacro Imperio Romano Germánico. Irónicamente, aunque como prueba de la importancia política que tenían estas compras de territorios, los Príncipes de Liechtenstein no pisaron sus dominios en el principado hasta varias décadas más tarde.
En 1806, el Sacro Imperio Romano fue invadido por Francia. Este hecho trajo grandes consecuencias para Liechtenstein. Las maquinarias legales y políticas del Imperio se derrumbaron cuando el Emperador abdicó. El propio Imperio se disolvió. El resultado de la disolución fue que Liechtenstein ya no tenía obligaciones para ningún señor feudal más allá de sus fronteras. Algunas publicaciones modernas atribuyen, incorrectamente, la soberanía de Liechtenstein a estos sucesos. En realidad, su príncipe se convirtió en el único señor soberano del principado.
Hasta el fin de la Primera Guerra Mundial Liechtenstein estaba fuertemente ligado con Austria, pero la devastación económica causada por ese conflicto forzó al país a concluir una unión monetaria y aduanera con Suiza. En 1936, la alemania Nazi anexó a Austria y el principado se vio rodeado de territorios alemanes, no obstante se apoyó en Suiza para mantener su neutralidad aunque durante el desarrollo de la II Guerra Mundial, cuando Hitler asolaba Europa con sus conquistas temió por su propia estabilidad, y para evitar una invasión colaboró con el Eje sobretodo a la hora de ingresar capital de dudosa procedencia en sus bancos. Llegó al poder el primer ministro más joven de la historia del país, Mario Frick, y en 2000 el país se adhririó al Espacio Económico Europeo (EEE), lo cual obligó a redefinir ciertos téminos de la unión aduanera con Suiza, que no pertenece a tal asociación.
GOBIERNO:
En este pequeño lugar la monarquia es el tipo de gobierno que existe
ECONOMIA:
A pesar de su pequeño tamaño y sus recursos naturales limitados, Liechtenstein ha desarrollado una economía próspera, altamente industrializada de libre mercado con un sector de servicios financieros importantísimo y una forma de vida a la par de las áreas urbanas de sus vecinos europeos más grandes. Los bajos impuestos de los negocios, con un máximo de un 18% y unas leyes de incorporación al comercio muy permisivas han llevado a aproximadamente 73.700 compañías a establecer oficinas nominales en Liechtenstein, lo que supone el 30% de los ingresos estatales.
Con motivo de un escándalo fiscal (2007) por la evasión de capitales de ciudadanos alemanes hacia Liechtenstein, se ha puesto de manifiesto que el sistema financiero del país actúa como un paraíso fiscal. La Unión Europea se plantea exigir un mayor control sobre su sistema bancario, hasta ahora muy opaco por permitir el funcionamiento de 75.000 fundaciones cuyos miembros pueden ocultar su verdadera identidad (en un país de 35.000 habitantes, un tercio de ellos extranjeros). Se estima que de no contrar con ese recurso, se pondría en peligro su propia supervivencia económica, ya que los depósitos bancarios en Liechtenstein ascienden a 100.000 millones de euros, base de un sector financiero que alcanza la tercera parte del PIB.
Con motivo de un escándalo fiscal (2007) por la evasión de capitales de ciudadanos alemanes hacia Liechtenstein, se ha puesto de manifiesto que el sistema financiero del país actúa como un paraíso fiscal. La Unión Europea se plantea exigir un mayor control sobre su sistema bancario, hasta ahora muy opaco por permitir el funcionamiento de 75.000 fundaciones cuyos miembros pueden ocultar su verdadera identidad (en un país de 35.000 habitantes, un tercio de ellos extranjeros). Se estima que de no contrar con ese recurso, se pondría en peligro su propia supervivencia económica, ya que los depósitos bancarios en Liechtenstein ascienden a 100.000 millones de euros, base de un sector financiero que alcanza la tercera parte del PIB.
TRANSPORTE:
Hay aproximadamente 250 kilómetros de calzada pavimentada dentro de Liechtenstein, y 9,5 kilómetros de ferrocarriles. Los ferrocarriles del país son administrados por la empresa Ferrocarriles Federales Austríacos, como la parte de la ruta entre Feldkirch (Austria), y Buchs SG (Suiza). Hay cuatro estaciones de tren en Liechtenstein, a saber Schaan-Vaduz, Forst Hilti, Nendeln, y Schaanwald, las cuales son servidas por un servicio de tren irregular, que corre entre Feldkirch y Buchs. La ruta que pasa por Liechtenstein es una línea de gran importancia para el tráfico de trenes, trenes EuroCity atraviesan el territorio sin parar en las pequeñas estaciones de Liechtenstein.
En Liechtenstein el autobús es un subsidiario del sistema suizo Postautobús, pero controlado separadamente, y se une a la red suiza de autobús en Buchs SG y en Sargans así como la ciudad austriaca de Feldkirch.
Hay 90 kilómetros de caminos de bicicleta marcados en el país. El principado no tiene aeropuerto y el Internacional más cercano es el de Zürich y cerca de Balzers hay un pequeño helipuerto, apto para pequeños helicópteros.
En Liechtenstein el autobús es un subsidiario del sistema suizo Postautobús, pero controlado separadamente, y se une a la red suiza de autobús en Buchs SG y en Sargans así como la ciudad austriaca de Feldkirch.
Hay 90 kilómetros de caminos de bicicleta marcados en el país. El principado no tiene aeropuerto y el Internacional más cercano es el de Zürich y cerca de Balzers hay un pequeño helipuerto, apto para pequeños helicópteros.
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